Sinceramente no sabría por dónde empezar a contar todo lo que he llegado a vivir en este circuito. Quizás debí ir contando carrera tras carrera, pero cada vez que acababa una, no me daba tiempo a asimilar lo que había conseguido hasta que me veia dentro de la siguiente carrera.
30 de Marzo: Santa María de los Llanos.
Primera carrera del circuito, sin saber lo que me iba a encontrar. Suerte que acudimos el fin de semana de antes a la quedada de la organización para reconocer el circuito. Un circuito de 20 kms al que dariamos dos vueltas el día de la carrera. En el reconocimiento no me hice a la idea de lo que sufriría la semana siguiente.
Y llegó el día de la carrera, durante toda la semana me acompañaron los nervios y ese día no iba a ser menos.
Antes de salir Juan Arenas se ofreció a ayudarme durante toda la carrera... y menos mal.
Dan la salida, la gente sale disparada y subiendo una cuesta de pendiente importante.
A los cinco minutos apenas podía respirar, no me encontraba cansada, pero sí muy paralizada, los nervios se apoderaron de mí y cada repecho que nos encontrabamos me parecía el Angliru.
La primera vuelta fue eterna, pero conseguimos bajar el tiempo en la sengunda, en la que los nervios desaparecieron, pero el cansancio no dudó en aparecer.
Al final de la segunda vuelta a falta de 5 kms Ángel, el querido presi, vino a animarme y no dejó de hacerlo hasta que llegamos al pueblo.
Cruzar la meta fue increíble, primer pasito conseguido, pero sólo quería soltar la bici y tumbarme en el suelo.
12 de Abril: Las Pedroñeras.
Recuerdo a todos amontonados en la meta para salir, con un sol que quemaba y una sorpresa de mi gran amiga Chelo que acudió a animar al equipo. Esta vez se daría genial, pensaba ilusa antes de salir.
Un circuito de 44 kms en la que esta vez me acompañó Balbino durante toda la carrera.
La primera mitad del recorrido todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho, logramos alcanzar a una fémina y la motivación aumentaba, además de los ánimos de mucha gente de Villarrobledo que se acercó a ver la carrera. Pero empezó el viento y la segunda parte de la carrera comenzó a complicarse. No acabó ahí, comenzó a llover y el terreno se volvía muy escurridizo, tras dos caídas, continuaba pedaleando muy muy cansada. Llegamos a un llano donde podíamos respirar un poco antes de volver a bajar. ¿Qué pasó? Calambres, sólo podía chillar por el dolor que tenía en el gemelo de la pierna izquierda, apenas podía moverla. Bajé de la bici como pude y empecé a estirar, un compañero del Picazo, me ofreció un plátano y empezaba a darme cuenta del compañerismo que se vivía en este circuito.
Respire profundo, miré a Balbino y a continuar. La lluvía ya era granizo, embarrados hasta los ojos, con mucho dolor y entre lágrimas contiabamos sumando kilómetros.
Pasamos los 44 que marcaba la organización y todavía no se veía el pueblo. Esos últimos kms se me hicieron eternos.
Llegamos a la meta, me abracé a Balbino, creo, y sólo creo porque a partir de ese momento todo empezó a volverse borroso. Jose y Juan Arenas me esperaban en meta, pero sólo quería bajar de la bici. Apenas podía andar y estaba congelada. Creo que aún no soy consciente de aquella mañana, si no llega a ser por la compañía de Balbino aún estaría buscando la manera de llegar.
27 de Abril: Quintanar del Rey.
Esta vez tenía curiosidad de conocer la famosa "V" de la que todo el mundo hablaba. Una bajada fácil y pronunciada unida con una subida más corta y rápida por la que podías salir volando por los aires. Una zona donde se juntaba mucha gente a ver la carrera.
Esta carrera la compartiría con Juan Santos que no dejó de hablarme en toda la carrera y la verdad que se agradece aunque yo no pudiera ni hablar del cansancio.
Una carrera de 40 kms con dos vueltas de 20. La primera vez que llegamos a la "V" iba nerviosísima y las dos chicas de delante junto con algunos hombres se bajaron. Yo no dudé en tirar detrás de Juan sin pensarlo. Fue un subidón de adrenalina increíble, escuchar a todo el público chillar "es una chica, es una chica...." y sin parar de hacer fotos, fue espectacular.
El recorrido era muy entretenido aunque estaba bastante suelto, y en la última bajada más técnica que encontramos acabé haciendo el Superman por encima de la bici. Una caída muy aparatosa. La peor que he llegado a tener en el Circuito y que me hizo ir con más miedo las siguientes semanas sobre la bici.
A pesar de la caída, cruzamos la meta y lograba la tercera carrera terminada.
4 de Mayo: Casasimarro.
Me encontraba dentro del cajón de salida, por regularidad de puntos estaba entre las tres primeras. Yo sólo alucinaba de ver con quién estaba calentando alrededor. Pero mi objetivo volvía a ser acabar la carrera. Esta vez me acompañaban Juan Santos y Jose.
Una carrera con 37 kms en un sólo circuito.
Poco a poco, entreno tras entreno, iba adentrandome más en las carreras, podía llegar a esa competición sana con otras féminas sin optar al podio, pero disfrutando ante todo de pedalear entre compañeros y compañeras, como demuestra este circuito por el buen rollo que se respira en el ambiente.
Sumaba mi cuarta carrera, una vez más, con una gran lema como disfrutar sufriendo.
18 de Mayo: Sisante.
Un circuito de 22 kms al que le dariamos dos vueltas y que cada vuelta sólo tenía dos subidas "al cielo" como la organización las llamaba.
Sin duda un día que recuerdo sufrir muchísimo por no parar de subir y subir y subir, pero con una compañía maravillosa. Juan Santos, Paco y Jose me aguantarían durante todo la carrera. Sufrí mucho sí, pero me reí otro tanto y fue con lo que me quedaba de la carrera.
15 de Junio: Mira.
Carrera de dos vueltas nuevamenete para completar 32 kilómetros.
Primera carrera que realizaba de sierra, acompañada de Óscar.
Tres horas 44 minutos tardamos en realizar la prueba, paisajes absolutamente maravillos, un lugar increíble para perderte. Recuerdo decirle a Óscar dos o tres veces que no iba mal, que iba peor, bajo mínimos.
El "cansino" de la moto (porque no puedo llamarlo de otra forma), nos invitó más de tres veces y cuatro a que abandonasemos la carrera, pero no lo contemplabamos como una opción. Siempre habrá personas que no crean en ti, pero es una razón más para conseguirlo. No competía contra nadie sólo contra mi misma y demostrarme que podía acabarla si me lo proponía.
Estaban esperando a quitar la meta cuando llegué, con la entrega de trofeos ya empezada, pero allí estaban esperandome Jose, Paco y Juan Santos. Ese era mi trofeo, me tiré al suelo después de abrazar a Óscar y sin creerme que la habiamos acabado.
Después caí mala una semana...
29 de Junio: Villanueva de la Jara. Paco y Rubén.
Tras haber caído una semana mala después de la carrera de Mira, en la que sólo me movía para cambiarme de la cama al sofá, y con solo un entrenamiento de rodaje entre medias, nos presentabamos a la carrera de Villanueva de la Jara con 40 kms en un circuito de dos vueltas.
Esta vez me acompañaba Rubén y mi padrino Paco que ya no me dejaría hasta acabar el circuito.
Una salida dura y muy rápida, sobre todo para los que se encontraban delante. Seguía manteniendo el cajón y pude haber acabado en el suelo cuatro veces por los enganches que tuve con otras bicicletas de la cabeza en menos de un minuto.
Una carrera rapidísima, en la que sufrí por la falta de entreno y por no terminar de haberme recuperado después de haber corrido Mira, aún así conseguimos sumar mi séptima carreara acabada en el circuito. Sólo cuatro más para completar el circuito y aún así parecía verse cada vez más complicado.
27 de Julio: Cañete.
Segunda carrera de sierra. Con la compañía de Paco de nuevo, nos enfrentabamos a un calor impresionante con un circuito de tres vueltas para recorrer 33 kms.
Un recorrido con mucha animación por parte del público por pasar la carrera por las calles del pueblo.
Hoy iba concienciada, el circuito obliga a terminar dos carreras de sierra para poder completarlo y puntuar, así que tocaba sufrir pero retirarse no era una opción.
Cruzabamos la meta agotados por el calor, pero lo conseguimos, sumé las dos carreras de sierra y ya estaba un paso más cerca de acabar el circuito.
Mis compañeros no dudaron en ayudarme y me bajaron literalmente de la bici para meterme en el pilón del pueblo lleno de agua, eso sí, se agradecía el agua tan fresquita después de todo el calor que pasamos.
En esta carrera quedamos terceros por equipos, ilusos de nosotros que todos nos fuimos sin saberlo y perdiendo la merecida foto, pero tendriamos más oportunidades de conseguirla.
7 de Septiembre: Zarzuela.
Paco y yo enfrentabamos de nuevo otra carrera, en la que me costó ponerme a ritmo, es más, nunca sé si llegué a cogerlo. Pedaleaba pero no tenía sensaciones. Estaba claro que este año era el de coger experiencia y en cada carrera me pasaría algo nuevo.
Sin embargo, concienciados una vez más de acabarla, cruzamos la meta tras un circuito de dos vueltas en el que sumariamos 36 kms rodando por los pinares y con paso por las calles del pueblo.
5 de Octubre: Villaescusa de Haro.
Esta carrera la afrontariamos conociendola un poco más, ya que decidimos ir a reconocer el circuito dos semanas antes, coincidiendo con compañeros de otros equipos con los que hicimos muy buenas migas. Gracias a Miguel Ángel Masso, Diego Fernández y sobre todo a Jesús de Villaescusa, que nos hizo un recibiento asombroso enseñándonos el circuito e invitandonos a almorzar.
Primera carrera en la que me acompañaba mi padre, llegaba con ganas de demostrarle que merecía la pena los entrenos y el sacrificio de todo el año.
Paco y yo otra vez juntos, conociamos el circuito y nos disponiamos a disfrutar el recorrido de algo más de 40 kms. Con cuestas duras, muy duras por delante, en la que muchos no dudaban en bajarse de la bici, nosotros conseguimos mantenernos pedaleando y llegar al final de la carrera con la sonrisa puesta, dónde nos esperaba mi padre y el resto del equipo.
Me quedo con estas imágenes, en las que sólo puedo resaltar la palabra: EQUIPO. Gracias por compartir este año conmigo.
Y así llegabamos a meta sumando mi décima carrera completada, sólo quedaba una para completar el circuito.
18 de Octubre: Mota del Cuervo.
Otra carrera en la que mi padre no dudó en volver a acompañarme siempre al lado del padre de mi padrino Jose, que tampoco quería perderse ninguna.
En esta carrera me propuse recortar distancias con las féminas que dominaban el podio y quería ponerme lo más adelante posible para recortar un poco de tiempo al comienzo la carrera.
Pero nada más llegar a Mota del Cuervo nos dimos cuentas de que venía la rueda trasera pinchada, el líquido no pudo tamponar el pinchazo y tuve que ponerle una cámara.
Todo empezaba algo torcido y nos fuimos a dar una vuelta pedaleando para intentar bajar el nivel de impotencia con el que me encontraba. Esta vez me acompañarían Paco y Juan Santos, este contratiempo nos hizo q nos colocasemos en las últimas posiciones de la carrera.
Comenzabamos la carrera de 40 kms con dos vueltas en el recorrido. Conociamos el recorrido porque lo habiamos realizado la semana anterior, así que no me encontraría con sorpresas y sólo intentaba enfocar mi impotencia en correr todo lo que pudiera. En la primera vuelta llevabamos a la segunda y tercera fémina a la vista, una vuelta que hicimos muy rápida y que pagariamos un poco al final de la carrera.
Las fotos demuestran que no dejé de apretar los dientes en ningún momento, quedandome a dos y cinco minutos de la tercera y segunda fémina respectivamente. Nos faltó un poco más y rozamos el podio pero me dejé todas las fuerzas en la carrera, por lo que acabé contentísima y completando las once carreras obligatorias del circuito.
Además nuestro presi Ángel Carpio quedó tercero en Master 50 y por equipos hicimos un tercer puesto increíble. Era un día de celebración.
2 de Noviembre: San Clemente.
Llegamos a la última carrera del circuito, aunque ya tenía hecho el mínimo, llegaba con muchas ganas de dejarme todas las fuerzas que me quedasen y con ninguna presión para disfrutar a tope de la carrera.
Por la proximidad de la carrera a Villarrobledo también tuvimos la oportunidad de conocerla antes de correrla.
Mi padre también me acompañaba ese día, además Sandra López y Alfonso también se animaron a ir a verme y terminaba el circuito junto a mi padrino Paco.
Una carrera donde había mucha zona de llaneo y pondriamos a prueba si los entrenos con la bici de carretera iban a dar su fruto.
Sufrí mucho como en todas y cada una de las carreras, pero al final de la carrera pude echar delante a las féminas que iban tercera y segunda, consiguiendo un segundo puesto.
Estaba eufórica, no por haberlo conseguido para mí, sino porque tenía ganas de dedicarles algo así a todos los que me habían acompañado este año y sabían lo que había pasado hasta llegar a conseguirlo.
Contentísima del final de temporada, además de conseguir segundo puesto por equipos, una pasada subir junto a todos ellos.
Dicho lo dicho, el año que viene REPETIMOS!
